Atrévete con el Reto: Arreglar una Relación Rota

Ya hace más de 3 años que sigo sin hablarme con una persona. Pasamos de ser mejores amigas a apenas dirigirnos la palabra en demasiado poco tiempo. Aún desconozco si existen motivos más profundos, lo que sí sé es que la cosa empezó a enfriarse cuando empecé a decidir por mí misma, a emprender mi camino, a tener voz, a decidir que era lo mejor para mí y empezar a hacerlo.

No recuerdo discutir con ella nada en especial, simplemente le conté y me deshice de todas las insatisfacciones acumuladas.

En las relaciones ocurre, a veces, te dejas llevar por la situación, pierdes tu norte, tu carisma, tu yo porque crees que el otro puede tener más razón que tú o es más experto que tú, y te dejas arrastrar.

Hasta el momento en que puedes cogerte para tomar aire, recuperarte y darte cuenta que esta situación No te trae nada bueno, al revés, te sumerge en los más oscuro y profundo.

Cuando llegas a ese punto te das cuenta de que no merece la pena estar allí, ni allí ni en esas condiciones, sólo entonces empiezas a mover el culo para salir de allí y encontrar algo mejor.

Eso hice yo, propuse cambios en el momento que no deberían llegar y no llegaron, me fui yo con ellos. Gracias a esa decisión, aquí me tenéis compartiendo con vosotros en mi blog, mi experiencia, mi vida. Esto que me ocurrió a mí no es nada nuevo ni original, lo sé  . Estoy segura de que conoces a más de uno y una que seguramente le ha ocurrido algo parecido. No sólo con compañeros de trabajo, también entre amigos, pareja y hermanos.

¿Por qué de una charla tonta pasamos a una pelea o a dejar de hablarnos?

La mayoría de las veces lo que ocurre es que lo que opinas o argumentas afecta emocionalmente a la persona con la que estás hablando.

E irremediablemente provocas en ella una reacción. ¡Ei! A tí te ocurre lo mismo con sus opiniones y argumentos. Con sus palabras te puedes sentir juzgado y amenazado y en otros casos hasta cuestionado y despreciado.

Por eso rechazas lo que te dicen y lo devuelves en forma de crítica, desprecio o incluso insulto.

Llegados a este punto ya no hay diálogo posible. Ni escuchas, ni atiendes, ni te apetece hacerlo. Ya no existe la respuesta, sólo la reacción.

Casi siempre el problema no es lo que has llegado a decir si no cómo lo has dicho.

Tus sentimientos acaban dándole un significado diferente a tus palabras.

Si estás enfadada, comunicas enfado, digas lo que digas.

Daniel Goleman dice que el cerebro es un órgano diseñado para la sinceridad, y que por tanto, encuentra siempre la manera de comunicar las emociones.

¿Cómo arreglar una relación rota?

Cuando ya sólo se discute caes en un círculo vicioso del que parece imposible salir.

Sí se puede, pero es necesario romper el círculo, dejar de hacer lo que estabas haciendo hasta ahora.

  • El primer paso para lograrlo es ponerte en el lugar de la otra persona, ver la situación desde su punto de vista e intentar comprender su situación.
  • Si eres capaz de hacerlo, No todo el mundo puede, las cosas empiezan a cambiar inmediatamente. Es imprescindible que uno de los dos déis el primer paso.
  • Después necesitarás dialogar antes que discutir.

Discutimos sobre opiniones, planes, cosas, ideas…

Dialogamos sobre emociones: que sentimos, como te sientes tú respecto a él y que siente ella respecto a tí…

Para recuperar una relación hacen falta muchos ratos dialogando antes de ponerse a discutir. Y esto, muchas veces sin apoyo o ayuda puede que no lo llegues a conseguir.

Deberías encontrarte con la otra persona y hablar abiertamente sobre que es lo que sentís. Preparar tus mejores argumentos para defender tu punto de vista no sirve de nada, el conflicto ahora no está en las razones, está en las emociones.

Si tienes la oportunidad de dialogar sobre si el otro te ha hecho sentir despreciado o si su tono de voz te parece agresivo, os facilitará encontraros emocionalmente otra vez y podáis superar el conflicto.

El Secreto para hacer las paces:

  • Un lugar tranquilo, íntimo y que invite al diálogo
  • Sin prisas: sin compromisos luego, sin interrupciones que puedan poner límite a vuestro diálogo.
  • Cuida tu comunicación no verbal: tu expresión, tu mirada, tu postura, tu tono de voz.
  • Ten en cuenta que a veces es necesario pedir perdón y saber reconocer cuando debes pedirlo es una de las mejores muestras de haber aceptado la situación.

Hay personas que son incapaces de pedir perdón, porque eso les hace sentir vulnerables y desprotegidas. Muy propio de personas con poca confianza en sí mismas.

Sólo el fuerte muestra debilidad

SUN TZU

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