¿Las rabietas de tu hijo pequeño se han convertido en algo demasiado habitual en casa?

¿Sientes que la situación te desborda y se descontrola?

¿Las discusiones y la desobediencia en casa están presentes día sí y dia también?

¿Los problemas con tu hijo adolescente se están descontrolando a toda máquina?

¿Te has planteado ya mil maneras de gestionar la situación pero no tienes los resultados que esperas?

• Rabietas incontrolables
• Violencia entre hermanos
• Agresiones
• Discusiones y desobediencia

La situación es (casi) esta:

Cuando desistes porque le dejas hacer lo que quiere y cuando intentas ponerte firme tampoco estás consiguiendo que la situación mejore o deje de ocurrir. 

Más allá de las dificultades propias de la edad, sientes que el temperamento de tu hijo tensiona cualquier decisión o norma que tenga que cumplir. 

Como padres os sentís derrotados, perdidos, abrumados, con miedo y muchas dudas sobre si estáis haciendo lo correcto. 

Modalidades de atención

¿Qué soluciones hay?

No es nada fácil dar una respuesta acertada. No nos enseñan a ser padres ante situaciones complicadas. Creemos que nuestros hijos nos deberían obedecer y corresponder, lo teníais muy claro en la teoría antes de encontraros con las dificultades pero,  esto ya os está superando. 

El resultado: un clima familiar tenso y desastroso a punto de tirar la toalla. 

“Si pudiera devolver el producto adquirido ya lo habrías hecho” (Se pasó el plazo de desistimiento). 

Recibiendo consejos y críticas de todas partes, pero sin una solución que funcione para resolver los conflictos casi diarios. 

Sé lo imposible que ves el objetivo final, aquello que tanto deseas. Ves un camino o un proceso demasiado largo, una promesa que parece inalcanzable. 

Te pido disculpas por mostrarme más optimista que tú, quizá es una desventaja si estás leyendo estas líneas y sientes que me estoy pasando tres pueblos.  Soy consciente de ello. 

Algo que todo el mundo sabe ya, es que los problemas de comportamiento de tu hijo también tienen su solución. 

Se me da bien darle la vuelta a las cosas, si yo me mostrara más pesimista que tú, nunca habría llegado a escribir estas líneas y tú tampoco las estarías leyendo ahora. Ni me dedicaría a esto.

Llevo veinte años dedicándome a esta tarea, a acompañar a personas con problemas psicológicos y de relación, a que encuentren las soluciones más efectivas para ellos. 

Reserva tu primera sesión aquí:

¿Cómo los trabajas, Laura?

Es posible que tu hijo no quiera acudir a terapia. No te preocupes, yo lo tengo previsto. Es más, en muchas ocasiones no es necesario. 

El trabajo que vamos a hacer tendrá mucho que ver en cómo manejar, cómo corresponsabilizarse como padres, de encontrar una solución. 

Promoviendo y facilitando más interacciones positivas. 

Bloqueando y modificando las interacciones problemáticas. 

Un consejo: cuanto más pequeño sea el niño, más pequeño es el problema aún. 

No dejes que tu hijo crezca, enseñándole que esta es la manera de relacionarse entre padres e hijos. 

Cuanto antes empecéis, mayor problema evitáis. No soy nadie para juzgaros. 

También soy madre, mis hijos también tienen rabietas, discuto con ellos y me desobedecen, pero tengo claro que somos sus padres los encargados de manejar, de la manera más efectiva esta situación. 

Mi propuesta

Te propongo superar el problema de comportamiento con una psicoterapia que os ofrezca las mejores estrategias, adaptadas a vuestra situación, las que necesitéis. Para conseguir cambios a corto y largo plazo, en tiempos muy breves. 

Si buscas una psicoterapia efectiva necesitas comprender que sois el motor de vuestro propio cambio.

Para conseguir darle la vuelta a tu situación y resolver el problema que os está quitando el sueño. 

Hay dos tipos de psicólogos, los que son muy buenos y los demás. 

Los psicólogos muy buenos son capaces de ayudarte a conseguir los objetivos terapéuticos de una manera sencilla en el menor periodo de tiempo posible. 

Solo te compensa trabajar con uno de estos. Y eso ya lo sabes tú, si te encontraras en la situación de que ya lo intentaste y no funcionó o sólo funcionó un poco. 

Y es que escoger un psicólogo, no de los muy buenos, sino de los demás, ya es un error en sí. Pero nadie te lo ha contado, nadie te ha contado cómo escoger a un psicólogo muy bueno. 

No dedicarle tiempo y esfuerzo a esta tarea tiene sus consecuencias,  

al que te queda más cerca de casa o del trabajo, 

al que me ofrece una primera sesión gratuita, 

al que me sale más económico. 

Por suerte, hoy en día, ya somos expertos en videollamadas y si no te puedes desplazar hasta la consulta presencial, podemos trabajar online. Si estás lejos y esto te frena, no sigas leyendo. 

Si te frena invertir dinero en tí, en los tuyos y en su salud mental, tampoco sigas leyendo. 

Siento escribir estas líneas, pero muy a mi pesar esta situación es muy habitual. 

Las exigencias, las expectativas, las responsabilidades nos empujan a seguir con todo y si eres alguien responsable, además de mujer y con hijos, has aprendido a colocarte después de los demás, a dejar de priorizarte y en definitiva a dejarte a tí para luego, para después. El ejemplo se transmite y se aprende rápido.

Dicen que la inteligencia consiste en ser capaz de adaptarse al medio, al contexto. La psicoterapia sirve para ayudar a las personas a adaptarse mejor a los desafíos de la vida,  a las dificultades de la vida de manera más inteligente y eficiente, y una buena psicoterapia también puede aplicarse de manera más sencilla. 

¿Qué incluye la psicoterapia?

Sesiones exclusivas de trabajo mano a mano, entre tu cómo cliente y yo cómo terapeuta. 

Por tanto, la psicoterapia: 

Consiste en una conversación en la que tú como cliente, explicas las soluciones que has tratado de darle al problema que te preocupa y el resultado que has obtenido. Decides qué objetivos quieres para tu vida. Después juntos, tú y yo, encontramos alternativas para salir de este círculo vicioso y conseguir de una manera mucho más eficaz, tus objetivos. 

Si lo que has leído hasta ahora te inspira: ¡Hablemos!

Déjame que te cuente un poco mas de mi y porque podríamos trabajar muy bien juntas, haz click aquí:

¿Qué cuentan quién ya trabajó conmigo?

Recuerdo una situación muy caótica, mucho choque, muy desconectados mi hijo y yo, cualquier motivo era un motivo de discusión, no había colaboración ninguna entre él y yo.

Me sentía completamente impotente ante la situación que me desbordaba, no conseguía comunicarme con mi hijo como yo quería. Creo que no pasaba suficiente tiempo con ángel y él estaba en esa época rebelde. En la que yo me preocupaba más de que él obedeciera que de empatizar con él y en sus necesidades. Vi que necesitaba ayuda cuando por más que intentaba no conseguía avanzar y pensé que me sería útil tener la opinión y las herramientas de alguien que supiera más que yo. 

Los problemas de comportamiento de mi hijo que dificultaban enormemente nuestra relación. 

No recuerdo como di contigo, el caso es que en la primera sesión informativa me pareció muy bien todo lo que me explicaste y fui consiguiendo cambiar cosas que con el tiempo han conseguido acercarme a mi hijo y ahora tenemos una relación buenísima. ¡Gracias! 

Lara Bergio

La situación en casa era terrible, una niña de 6 años con un carácter más que fuerte, desde siempre, siempre había creído que con el tiempo las pataletas y las rabietas desaparecerían, pero al ver que con seis años la situación seguía igual de descontrolada nos decidimos a pedir ayuda a Laura. 

Reconozco que la situación me superaba, me frustraba ver que la única manera de pedir algo para mi hija era montando una pataleta o un «pollo», esto me sacaba de mis casillas, me descontrolaba y perdía los nervios. Me costaba horrores, no explotar cuando mi paciencia se agotaba y esto ocurría en innumerables momentos del día, por la mañana para vestirse, a mediodía para comer, estando de paseo… etc

La peque se negó por completo a acompañarme a terapia, así que todo el trabajo de terapia familiar lo hicimos los adultos y conseguimos que dejaran de ocurrir los pollos, que el llanto no fuera tan frecuente y empezamos a vivir como una familia.

Yo sobretodo, conseguí ser mucho más flexible y comprobar que no por ser más flexible, debes conformarte o renunciar a tus principios o ideas. Logré mantenerme en mis decisiones en cuanto a normas y límites. Pude flexibilizar las exigencias que yo consideraba flexibles y eso facilitó que el comportamiento de mi hija mejorara al 100%.

Me encantó el acompañamiento, las conversaciones guiadas que hicieron cuestionar temas que hasta entonces parecían incuestionables y que se convirtieron en decisivos para dar un cambio positivo.

Gracias al trabajo de terapia familiar que realizamos con Laura Cano, hemos podido crear una bonita familia, yo con mis dos hijos de mi anterior relación, mi nueva pareja y poder empezar a plantearnos tener un tercer hijo en común.

Sin duda, recomiendo a Laura por la calidad del trabajo que conseguimos. Por la seguridad y la confianza que transmite el poder contar situaciones desagradables sin que te juzguen y además estén ahí para apoyarte y encontrarle una solución al problema que a tí te preocupa.

5 sesiones en 4 meses.

Rocío, Família Martín