No sé si te ha ocurrido algo parecido a tí, ¿Alguna vez has necesitado deshacerte de un pelmazo? Para mí, esto es real:
En una cena del cumpleaños de una amiga, una mesa muy larga. Cerca de mí (divina providencia) un “pelmazo”. El típico gracioso que se pasa toda la noche tirando bolitas de pan hacia la otra punta de la mesa. Después de aguantar bromas y bromitas varias durante la cena, llegan los cafés.
Yo empiezo a alegrar la cara, contenta viendo venir el final del compromiso y su consecuente final de tortura.
Carajillo de baileys para el señorito, en copa alta por supuesto, en menos de 5 minutos: todo esa mezcla líquida encima de mi bolso.
Guauuu! Lo matooooo!!!! La sangre me hervía por las venas y iba a echar bilis por los ojos!!! Dios aún no sé cómo pude contenerme!
Real. Experiencia vivida por Laura Cano.
Ha sido imposible quitar las manchas del bolso, de la piel si salieron rápido pero de las asas que eran de color más claro, imposible. He probado 1000 productos quitamanchas. Lo he dejado por imposible.
Pero a día de hoy, lo que más me duele cuando lo recuerdo, no es haber perdido un bolso.
Si no: No haberle parado los pies a semejante pelmazo y haber evitado males mayores como los que ocurrieron.
Yo creo que esta fue la última vez que me ocurrió algo así, porque desde entonces no he permitido pasarlo mal en ninguna reunión o encuentro social por culpa de semejantes especímenes. Lo juro.
Y no veas, lo bien que te sientes cuando eres capaz de gestionar estas situaciones con mucha más habilidad, soltura y confianza en tí mismo.
Yo creo que el chute de endorfinas debe de ser tremendo. ¡Genial!
¿Por qué te ha tocado a tí?
Aunque vayas de duro y autosuficiente, necesitas convivir con más personas. Tú tienes vecinos, compañeros de trabajo, señoras que, y familia. Muchas veces, entre toda esta gente encontramos algún que otro reto para nuestra paciencia.
Todos tenemos nuestra visión del mundo, una sensibilidad, unas prioridades y necesidades distintas. A mí interesan unas cosas y a tí otras. Estoy segura que los dos también creemos tener la verdad.
No iba a ser menos, pero el umbral de tolerancia de cada uno, también es diferente.
Situaciones como la del principio, todos tenemos, hemos tenido y tendremos.
Tú también te puedes encontrar con alguien que dice la frase equivocada en un momento poco oportuno. O alguna vez has tenido una visita cuando lo que querías era descansar y más frecuente aún hay quién va por la vida de forma bastante agresiva sin ningún remordimiento.
Estos “pelmazos” parece que tengan como misión amargarnos la vida. No todos, en realidad sólo son algo ineptos emocionalmente.
Muchos son bastante pesados por su temperamento, su insistencia o su falta de empatía.
La mayoría de las veces, se enfadan con mucha facilidad o nos hacen enfadarnos a menudo.
Relájate, casi siempre se comportan así porque no conocen otra manera mejor de hacerlo.
Probablemente nunca se hayan interasado por cultivar su inteligencia emocional, ya son felices así.
Aunque parezca que han hecho un máster en el arte de amargar la vida a los demás.
No son personajes muy raros de encontrar, más bien al contrario, algunos expertos comentan que incluso las personas más agradables, también pueden mostrarse pesadas en algún ámbito o momento de su vida.
Dejémenos de rollos “no tenemos feeling” es un eufemismo de no trago a esta persona.
Todos hemos conocido a alguien que nos hace perder los nervios.
¿Cuál es esa Milagrosa Habilidad para Deshacerse de un Pelmazo?
Esta milagrosa habilidad existe y se llama: Asertividad
La asertividad se consigue, después de tener una mejor autoestima, (si no lo has hecho antes, puedes echarle un ojo aquí a mi taller), cultivando tu paciencia y mejorando tus habilidades de comunicación. Para conseguir, deshacerte de los pelmazos (y otras muchas cosas más).
El feedback que recibes de tu entorno es la mejor manera de educar tu empatía, conocer como se está sintiendo el otro, para evitar situaciones en las que tú también puedes molestar a los demás.
Aun y así recuerda que puedes tener muy buenas habilidades de comunicación asertiva y muy buena empatía, e irremediablemente también encontrarás personas a las que no les gustes. Ley de vida, no lo olvides, es imposible gustarle a todo el mundo y más cuando existe una alta probabilidad de que a la persona que no le gustes, sea también un analfabeto emocional.
“En la práctica de la tolerancia, nuestro enemigo es el mejor maestro”
dalai lama
Algunos consejos para cuando te toque tratar con un pelmazo:
- Suelen ser bastante previsibles, así que puedes prepararte para reaccionar de forma más efectiva sobre lo que ya sabes que harán. ¿Qué te creías que no sufrí durante 5 minutos antes de que se cayera la copa de carajillo de baileys? Pues sí, lo ví venir.
- Aunque no te lo parezca tú tienes suficiente capacidad para influir en el comportamiento de los demás, sobretodo cuando hablas con respeto y cariño para que se puedan dar cuenta de lo que están haciendo mal.
- El nivel de pesadez de los pelmazos depende mucho de lo que tu estás dispuesto a soportar. Algunas personas son capaces de aguantar al más negativo del mundo, pero no a un agresivo. Yo por ejemplo, me desquicio con los bromistas sin gracia…
- “Ser pesado” es muy relativo y como ya sabes varía según a quién tienes delante. Por eso todos podemos resultar pesados a alguien en algún momento, no lo olvides.
- Echar en cara sólo lo que se hace mal, activa una actitud defensiva en cualquiera. Creo que es mucho más efectivo dar importancia a lo sí se hace bien.
- Todos necesitamos sentirnos importantes. Y sobretodo que alguien se dé cuenta de ello y nos lo recuerde.
- Mostrarse irritante muchas veces se debe a la inseguridad de quién se siente rechazado por los demás.
- La autoestima es la clave del buen o mal carácter y depende mucho de la opinión que otros tienen sobre nosotros.
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